Al igual que los alimentos y el agua, la luz es un nutriente para el cuerpo humano. Para los humanos, la luz que llega a la parte posterior de nuestros ojos es la principal señal externa que sincroniza el reloj biológico interno del cuerpo y, por lo tanto, nuestro ritmo circadians con el día solar, esencialmente diciendo a nuestro cuerpo qué debe hacer en cada momento.